¡Qué fraude!
Mamá se para temprano a llevar a papá a su lugar de guardado, despierta a mis hermanos y les dice que coman y se vistan. También le da de comer a Cecilio y revisa cuanta comida tengo en mi plato.
Mamá regresa, les pregunta a mis hermanos si comieron algo, ellos dicen que no. Mamá come algo muy rápido, toma unos papeles y les dice a mis hermanos que desayunen y me lleven a pasear en lo que regresa. Pero mis hermanos no le hacen caso. Sacan cosas para beber del refri y se acuestan en el sillón a ver la tele.
Mamá regresa y comienza a sacar mis cosas al patio.
¡NO! ¡NO DE NUEVO! “Mamá, no quiero salir, ¡soy una niña buena!”
Entonces mamá le dice a Eli que me dé la dona.
¡Por todas las croquetas! ¿Me la van a prestar?
Eli me enseña el hermoso peluche redondo y chillón con partes de un brillante y llamativo color rosa. Jugamos un poco con la dona y luego la saca al patio.
Me huele a trampa, así que la miro desde la puerta. «¡No van a hacerme salir de nuevo!»
Mis hermanos me abrazan, me besan y me dicen que me van a extrañar mucho, pero que tengo que salir al patio porque ya se van.
Entonces, mamá le da algo largo a Ilia y le dice que me la dé afuera.
“¡Oli, mira! ¡Es un rico dulce para morder!” canturrea Ilia.
¡Huele tan bien! ¡Ah, no puedo soportarlo!
Ilia se ríe cuando salgo al patio.
“!Dame mi dulce! ¡Dame mi dulce, Ilia!”
Mi hermanita se ríe y suelta la varita antes de salir corriendo, diciéndome adiós, luego Alan cierra la puerta.
El dulce está delicioso, pero… ¡Oh no! ¡volví a caer!
Escucho como mamá les da indicaciones a mis hermanos y luego sale conmigo. Me abraza y me mima, acomoda un par de cosas y luego me acaricia la cabeza.
“Oli, lo siento mucho. Tus hermanos y yo nos vamos a ir por muchos días. Tienes que ser muy buena con papá y ser paciente. Por favor, no molestes a Cecilio, te dejé mucha agua aquí afuera”.
“¡Soy buena mami!, ¿puedo entrar ahora?”
Mamá se acerca a la puerta y me ve con tristeza.
“Adiós Oli, estaremos fuera un mes, por favor sé paciente, vamos a regresar”
Luego cierra la puerta y se va.
Escucho el auto alejarse y la casa está en silencio de nuevo.
Espero que regresen pronto.
Hace calor, incluso debajo de mi techo nuevo, así que me escondo debajo del trampolín, sobre el pasto fresco.
Algo más tarde llega papá.
“¡Aquí estoy! ¡Aquí estoy, papá! ¡Fui buena! ¡Esperé todo el día! ¡Déjame entrar!”
Papá se ríe y me abre, me dice que me tranquilice, pero no puedo.
Luego me doy cuenta de algo. No escucho a mamá ni a mis hermanos.
“¡Eli! ¿estás en tu cuarto?” le ladro y subo las escaleras, entonces rasco su puerta cerrada, papá sube detrás de mí.
“Ollivander, no están, se fueron”
“No, Eli debe estar dormida en su cuarto” le digo a papá.
Él me abre la puerta y yo entro. Olfateo y la busco por todas partes, pero ella no está, incluso falta uno de sus peluches.
Salgo del cuarto y rasco la puerta de Alan.
Papá me dice lo mismo y me abre la puerta. Brinco a su cama, lo busco entre sus juguetes y detrás de la puerta, pero Alan no está.
Luego papá abre su cuarto y yo voy detrás de él. Busco a Ilia en su cuarto, olfateo entre sus juguetes, subo a la cama de mis papás y me meto al cuarto que huele a agua y jabón y que a un lado está lleno de ropa, pero no están.
Papá se cambia de ropa sin dejar de mirarme.
“Vamos abajo, Oli, ellos no están aquí, nos han abandonado”.
Los dos bajamos.
Papá prende la televisión y yo me asomo a la ventana. El auto está afuera.
Estoy tan triste, que lloro un poco. Papá me acaricia y yo me bajo de la ventana y me acuesto junto a él en el sillón. Extraño a mamá y a mis hermanos.
“Son malos, Ollivander. Nos abandonaron de nuevo.”
No entiendo que pasa. Quiero a papá, pero estoy muy triste y papá también.
Un poco después, papá me saca a pasear. Yo busco a mamá y a mis hermanos, le pregunto a Margaret y a los otros perros, nadie sabe donde han ido.
Cuando volvemos a casa tomo agua, como un poco y vuelvo a buscarlos a todos… pero no están.
Cuando es de noche, papá sube a dormir.
«¿Dónde están todos?», lloro un momento.
Mamá no ha vuelto, así que subo de nuevo a buscar. Cuando abro la puerta de Ilia, entro al cuarto de mamá y papá y subo a su enorme cama. Papá se ríe y me toma una foto. Me ha tomado fotos desde que llegó y no entiendo porque, eso lo hacen mamá y mis hermanas.
“¿Dónde están mamá y mis hermanos? ¿puedo esperarlos aquí contigo?”
Papá me acaricia y me dice que no puedo dormir arriba.
Dice que él también extraña a mamá y a mis hermanos y aunque son unos traidores que nos abandonan, van a regresar después, dentro de muchos días.
Ni hablar, tendré que dormir en la sala y esperar que mamá y mis hermanos regresen por la mañana.