Los personajes en las historias.


No sé ustedes, pero a veces pienso que un buen escritor o es un buen psicólogo o un buen observador, ¿no lo creen?

Cuando era pequeña solía leer libros con las fábulas de Esopo y Lafontaine, me gustaba que utilizaran animales, era curioso y me daba más pistas de que tipo de personajes eran, aun si los autores ponían solo un vistazo de lo que el desarrollo de estos personajes podría darnos. Por supuesto, como todo niño nacido durante o después de la década de los 80’s, veía mucha televisión, a veces aun ando por ahí cantando o repitiendo los comerciales de los 90’s, en serio, sin importar nada creo que veía demasiada televisión y bueno, si son más o menos de mi edad, recordarán seguramente las caricaturas de Hanna-Barbera de antes, donde solo los principales tenían una personalidad más o menos desarrollada, en serio, si nos ponemos a ver las primeras series de Scooby Doo, solo Shaggy y Scooby tenían una personalidad más o menos desarrollada y reconocible, sus otros tres compañeros por otro lado bien podían fusionarse en un solo personaje y posiblemente ni nos daríamos cuenta.

Luego por supuesto tenemos las series animadas japonesas y los híbridos nipón-norteamericanos donde los personajes estaban algo más desarrollados, en la mayoría por supuesto los malos eran muy malos solo por ser malos y los buenos muy buenos, nobles y heróicos, yo realmente disfrutaba cuando me topaba con caricaturas donde los buenos tenían sus defectos que los hacían meter la pata y luego tratar de reivindicarse o pedir ayuda y los malos mostraban que en realidad tenían su corazoncito y alguna razón para hacer lo que hacían, alguna razón mejor que la de «dominar el mundo» o «los odio a todos»

Después, mientras estaba en la preparatoria, recuerdo que tuvimos un ejercicio en el taller de teatro y literatura, por equipos debíamos crear una historia pequeña para desarrollar durante un festival escolar y actuarla, el profesor nos hizo mucho énfasis en que los personajes que fuéramos a interpretar tuvieran una personalidad realmente muy marcada puesto que íbamos a estar representando nuestras mini obras a un público infantil de entre 3 y 11 años, después, cuando todo había pasado y nos dieron nuestras calificaciones, el profesor nos explicó que si no podíamos convencer a los niños de que los personajes eran reales, y los niños no podían ubicar a nuestros personajes por nombre o explicarlos, entonces no eran buenos personajes.

Pienso que las historias, cualquiera que éstas sean, tienen varios puntos esenciales para ser realmente consideradas como buenas o para que valgan la pena, uno de estos elementos son los personajes, sin embargo, desarrollarlos no siempre es fácil.

Tenemos a nuestro protagonista, por supuesto, cuando estamos escribiendo es al que más se tiende a desarrollar, ¿qué tipo de caracter tiene?, ¿cómo es físicamente?, ¿cuales son sus metas?, ¿cual es su misión, su propósito dentro de la historia?, pero a veces lo hacemos demasiado perfecto y nos ponemos el pie, truncando lo que podría ser un maravilloso viaje de crecimiento personal en todos los aspectos.

Luego están los personajes secundarios, porque creo que pocos autores tienen realmente la creatividad y los conocimientos necesarios para escribir todo un libro interesante con un único personaje… digo, sospecho que se puede, pero al menos yo no tengo esa capacidad todavía, y no querría que mi protagonista vague solo por el mundo, sólo con su soledad, «sólo, solín, solito» cómo dijera Sid el perezoso, así que definitivamente se necesitan otros personajes, criaturas, humanos o seres de la misma raza que el protagonista que hablen con él, que le metan el pie sin desearlo, que lo acompañen o lo guíen en su aventura, en ocasiones habrá alguno del que el protagonista pueda enamorarse o alguno que esté tan profundamente enamorado del protagonista que termine siendo una pieza clave al final de la historia, cómo sea que lo miremos, los personajes secundarios son importantes, y necesitan algo más que solo un nombre o una escena, si son secundarios es porque van a aparecer con algo de frecuencia, puede que incluso con tanta frecuencia como el protagonista porque van a aportar cosas a la historia aún si no nos enfocamos tanto en ellos (Ahí tienen a Samsagaz Gamlli de LOTR, yo sigo jurando que sin él, Frodo jamás habría logrado llegar ni a Mordor para intentar deshacerse del anillo), estos personajes también necesitan ser desarrollados, necesitan ser únicos, tener sus propias características físicas, psicológicas y emocionales, en ocasiones tendrán que interponerse entre el protagonista y sus intenciones, en ocasiones habrán de apoyarlo de modo ciego y casi incondicional, pero sigue siendo más interesante ver cómo reaccionan dos o tres personalidades completamente diferentes cuando el protagonista dice, sugiere o hace algo que ver a dos o tres personalidades exactamente iguales alegando exactamente lo mismo o simplemente aceptando todo lo que el protagonista diga (Ahí tienen a los Teen Titans por ejemplo, es una delicia ver a Robin trazar un plan, con Raven lanzando sus ironías, Starfire tratando de ser políticamente correcta y amable al notar algún problema en el plan, Cyborg preocupándose por algunos tecnicismos y detalles y Chico Bestia intentando sacar un chiste para quitarle seriedad a todo el asunto).

Luego tenemos a los personajes de relleno, o terciarios, digo, el mundo que estés desarrollando tu historia no puede estar poblado solo por cuatro o cinco personas… a menos que sea una historia post apocalíptica donde solo quedan cuatro o cinco sobrevivientes o una historia de un naufrágio, en cuyo caso los personajes de relleno vienen a ser los elementos, los lugares, los animales que haya, los personajes que han dejado atrás y no pueden evitar recordar y mencionar o los peligros a sortear. Éstos posiblemente no necesiten tanto desarrollo o tanto trabajo, vamos, la mayoría ni siquiera tendrán un nombre o una descripción física más allá de su complexión, el color de sus ojos, su cabello, su género, su estrato social o su edad, pero están ahí y alguna característica han de tener además de existir.

Finalmente tenemos al antagonista, el cual no siempre es de la misma raza o especie que el protagonista, y en ocasiones ni siquiera es una criatura que tengamos muy claro que es un personaje, por ejemplo una casa embrujada intentando matar un grupo de niños (espero hayan entendido la referencia), una situación, una enfermedad, una maldición, el clima, o más confuso aún, un personaje que en realidad es bueno, si alguno de ustedes vio Magic Knight Rayearth y recuerda al antagonista de la primer temporada, recordarán que Zagato no era malo, ni siquiera estaba peleando para dominar al mundo o destruirlo todo, de hecho él estaba protegiendo a la princesa para evitar que las guerreras mágicas la mataran, ¿cómo puedes clasificar a un personaje de ser malo cuando está protegiendo al amor de su vida de un final trágico?, si, puede considerarse un tanto egoísta si le damos un buen vistazo a toda la situación detrás de la invocación de las guerreras, pero sigo pensando que no es malo… ¿quieren una referencia más actual?, espero que hayan visto Naruto Shuppuden y ubiquen a Itachi Uchiha, un mártir disfrazado de villano, incluso podemos tener a más de uno.

En todo caso, crear personajes es importante, saber que tanto desarrollarlos, cuanta historia colocarles detrás para saber cómo van a reaccionar ante tal o cual circunstancia es una de esas cosas que le da sabor a una buena historia, cómo dije, no es fácil, da la impresión de que un buen autor es un psicólogo porque tenemos todos estos personajes a manejar y todas estas situaciones que deben atravesar, si actúan en contra de cómo los hemos formado puede sentirse forzado o falso, y cuando no están lo suficientemente desarrollados pasan a ser solo un puñado de criaturas que leímos por ahí cuya relevancia es técnicamente nula tanto en la historia como en nuestras vidas.

¿Mi recomendación para crear personajes?

Si tienen problemas para crear personajes desde cero, elijan a un amigo o un miembro de su familia con el que hayan convivido lo suficiente como para usarlo de base, no digo que el personaje sea esa persona, sino que uses a la persona como base, como un molde que pueda ayudarte a desarrollar personajes y orientarte a la hora de escribir y enfrentarlos.

Si no conoces tanta gente, siempre puedes buscar los mapas de personalidad de Jung o de algún otro psicólogo famoso y hacer tu mapa de cada uno de tus personajes… es más trabajo, pero vale la pena y si manejas bien estos mapas, incluso puedes llegar a formar personajes completamente interesantes que roben el corazón de tus lectores.

Por supuesto, leer historias de otras personas, ver series, caricaturas o películas y observar a detalle a los personajes que te parezcan más interesantes, verificar cómo actúan, cómo reaccionan, cómo visten, que manías tienen y que los diferencia del resto también puede ayudarte, ya sea que formes una base para algunos personajes basados en estos que ya has observado o dándote una idea de qué es lo que quieres para formar a tus propios personajes.

Yo he venido basándome en personas que conozco y en personajes que me gustan, aunque nombrarlos no siempre es sencillo, he tenido personajes propios que ya tengo desarrollados, ya sé cómo son física y emocionalmente, ya sé cómo reaccionan ante tal o cual situación, ya me sé de memoria las partes más importantes de sus historias de fondo y no puedo ponerles un nombre al momento de hacer mi registro de personajes, simplemente no puedo y tengo que esperar a avanzar lo suficiente en la trama para que se «presenten» conmigo y los otros personajes, yo sé, suena raro, no es cómo que el personaje vaya a saltar fuera del papel o de la computadora y a decirte «Hola, ¿cómo estás?, mi nombre es Sutanito y no había querido presentarme porque me caes mal», no, pero al menos conmigo, muchas veces cuando estoy escribiendo, me meto tanto en la escena que estoy describiendo, en el conflicto que estoy desarrollando, que repentinamente ese personaje que tengo tan trabajado y aún no tiene nombre simplemente interfiere y el nombre se escribe solo cuando el protagonista u otro personaje cuestiona por la identidad de la misteriosa aparición, así que si además has tenido problemas para nombrar a un personaje, no te preocupes, eventualmente encontrarás uno apropiado.

Para concluir, creo que cuando escribimos algo, es importante mostrarnos abiertos a todo, no importa si somos de los escritores que se dejan guiar por la inspiración o de los que planean el inicio, el cierre y cada situación en medio, definitivamente, estar abiertos a todo tipo de cambios dentro de la historia, a todo tipo de desvíos dentro del camino de la literatura y estar abiertos a que la trama y los personajes tomen el control de vez en cuando es bueno, posiblemente sea una de las mejores maneras de sorprender a los lectores con ayuda de los personajes.

¿Y ustedes cómo desarrollan a sus personajes?

SARABA

Deja un comentario